jueves, 25 de octubre de 2012

Las apariencias engañan

Por norma general, no suelen gustarme las viviendas abarrotadas de muebles donde el caos parece ser el Rey de la casa. Tengo cierto repelús a esto. Además, la excusa de que tengo niños no me sirve, ya que tengo gente cercana con niños que, viendo sus casas, ni te enterarías de que los tienen; cada cosa tiene un sitio, y cada una de ellas tiene que estar ahí una vez se dejen de usar...Regla nº 1. Tampoco sirve la típica excusa imperdonable de ...piso de estudiante.
 La primera vez que vi esta vivienda me quedé estupefacta, me gustaba pero al mismo tiempo la repudiaba por su eclecticismo y su estudiado desorden...que no deja de ser desorden. Pero al final, me ha cautivado y he caído rendida ante ella, con todos sus defectos y sus muchas virtudes: como sus paredes de piedra vista "blanqueadas", tales como las que debía hacer Maite Zaldivar en su casa; ahora resulta que la señora se debía pasar todo el día encalando y blanqueando, vamos que era pintora de brocha gorda...haber empezado por ahí Maitecita, todo hubiera sido mucho más fácil !!
Los suelos de madera vieja no dejan de ser una maravilla, salpicados por la abundante luz que entra por las numerosas ventanas que adornan las paredes. Algún guiño al diseño, muebles poniendo notas de color y una lámpara que es imposible que deje indiferente a alguien.
En resumen, esta casa me la regalan ...y no paro de saltar de alegría !! y es que a veces, muchas veces, las apariencias engañan.












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