sábado, 16 de junio de 2012

Acertado error

El otro día, ojeando un portal de arquitectura, cometí un pequeño error de apreciación con respecto a un proyecto en particular. La cosa es que yo me encontraba en mi habitual estado catatónico de "stand by" (boca semi-abierta, mirada estrábica y neuronas relajadas), que suelo adoptar cuando llevo un rato largo sentado al ordenador, cuando repentinamente mi atención fue espoleada por las imágenes de una vivienda francamente singular. Su soberbio aspecto tosco e inacabado, parecía responder al acertado deseo del arquitecto por integrar sutilmente su obra en la desaliñada trama urbana del barrio marginal Mexicano en el que aparentemente se encontraba. Los músculos de la cara se tensaron y los ojos focalizaron rápidamente la pantalla mientras me incorporaba para leer con total concentración el resto del articulo...ni el barrio era tan marginal, ni el proyecto tan conceptual: se trataba simplemente de una obra en construcción cuyo resultado final era desvelado en las últimas imágenes del artículo mediante unas llamativas infografías en 3D. A pesar de que el proyecto resultante no era del todo malo, no pude evitar sentirme ligeramente decepcionado (aunque no avergonzado) por mi error...definitivamente algo se había perdido en el camino.
Es por ello, por lo que insto desde aquí a los arquitectos (aquellos que aun tengan la suerte de poder ejercer su profesión), a que durante el proceso de construcción de sus proyectos, den un paso atrás y valoren con juicio crítico y abierto el desarrollo de su obra, tal y como lo haría un pintor o un escultor. Estoy seguro que este gesto tan sencillo y fundamental para cualquier artista, permitiría al arquitecto imprimir dinamismo y espontaneidad a su obra. Loos lo hacía. 





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